La Arquitectura minimalista, símbolo de lo moderno
El estilo minimalista
proviene de una tendencia donde se rescata el concepto de lo “mínimo“. Mies Van Der Rohe fue el pionero en esta
tendencia al proponer su famosa frase: “less is more” o “menos es más” de ahí
deriva el termino y la tendencia de conseguir mucho con lo mínimo indispensable.
El minimalismo se caracteriza por edificios
con pocas líneas, espléndidos por su simplicidad de formas y materiales. “Menos
es más” es el gran principio del minimalismo con colores llamativos y ambientes
amplios y despojados, evitando explícitamente la excesiva ornamentación.
La intención es crear espacios pacíficos,
armónicos y funcionales, sin demasiados detalles irrelevantes y objetos
innecesarios y redundantes. El minimalismo es una tendencia sobria y austera.
Se podría decir que el minimalismo ha sido interpretado
de diversas maneras en el campo de la arquitectura y el interiorismo. El minimalismo es la tendencia de reducir a
lo esencial, sin elementos decorativos sobrantes, para sobresalir por su
geometría y su simpleza. Es la recta, las transparencias, las texturas, es la
funcionalidad y la espacialidad, es la luz y el entorno. La Arquitectura
minimalista se expande con gran rapidez, gracias a la simpleza de sus líneas.
Una arquitectura símbolo de lo moderno que utiliza la geometría elemental de
las formas.
El estilo minimalista es un signo de nuestro
tiempo. La arquitectura minimalista no es fría, es humana, pues destaca la
naturaleza y la luz teniendo esta ultima un importantísimo papel. En casi todos
los desarrollos modernos está presente este estilo.
Los materiales más usados en una decoración
minimalista son la madera, vidrio, acero inoxidable, cromo, espejo, mármol y
granito. Se destacan la terminación de los acabados, así que estos deben ser
excelentes en su terminación.
Algunas de las principales reglas cuando se
trata del estilo minimalista en la decoración de interiores es la organización:
todo debe tener su lugar y cuando no esté en uso, debe ser guardado,
preferiblemente fuera de la vista.
En las fachadas, hay una economía del
lenguaje y los medios, austeridad y sencillez en respuesta al momento actual.
Pero no por ello las fachadas minimalistas pierden protagonismo. Las casas
minimalistas son protagonistas por ellas mismas y no por una decoración
recargada. El uso de la luz y la espacialidad son muy particulares en este
estilo. La armonía de materiales y formas distinguen a esta corriente presente
en todas las manifestaciones del arte. Sobresalen las líneas rectas y bloques
de formas puras y simples. Desde el color se tiende a la monocromía de tonos
suaves predominando el blanco y el crudo. Siempre creando contrastes de
materiales y texturas diferentes.
La arquitectura minimalista utiliza
ambientes monocromáticos. Una ruptura en el minimalismo puede estar dada por
pintar una pared en un tono más subido que el resto de la ambientación, aunque
no permite cambios tan osados como colores brillantes o muy alejados de los
neutros.